miércoles, 11 de septiembre de 2013

Revista N4

Hace no mucho tiempo tuvimos la gran oportunidad de escuchar en Resistencia a uno de los intelectuales más importantes que tenemos enn el país. Él, como tantos otros intelectuales de la Argentina, participa del movimiento llamado "Carta Abierta". La mayoría de nosotros conocimos a este grupo en el tan "renombrado" conflicto "campo-gobierno". una de las satisfacciones que trajo consigo la aparicion de Carta Abierta, más allá de sus reinvindicaciones, fue la gratitud de ver como los intelectuales comenzaron a mostrar sus líneas en la política actual, después de mucho tiempo se redefinía participativamente en lapolítica y lo hacían saber al pueblo.

Sin embargo, luego de aquel conlflicto campo-gobierno que nunca terminó, muchos de nosotros no hemos escuchado, ni leído a Carta Abierta apoyando la lucha social.
no los hemos visto, oído, ni leídos, debatiendo y pelando por el desastre de Tartagal, tampoco en la epidemia del Dengue y aún no los encotramos en ningún repudio por la crisis sanitaria (miles de personas padecen Mal de Chagas en el Chaco) el hambre y la desocupación que hay en nuestra provincia.

Más de mil personas caminaron durante cuatro días, desde el interior de la provincia, para hacer escuchar el hambre y la pobreza en la que viven. 1.500 personas más los recibieron el pasado 5 de agosto en una enormísima columna, donde obreros, campesinoes, indígenas y estudiantes marcharon hasta la Plaza 25 de Mayo para gritar "no más desocupados, no más muertes por desnutrición".

En la editorial de este número, buscamos un "grito abierto". Porque próximos a cumplir un año de edición no nos sentimos ajenos a la triste situación que se esta viviendo hoy en día. Sin embargo por otro lado tenemos guardados bosquejos esperanzadores, porque son tiempos de unión, de fuerza de lucha, de reivindicación.

Como diría nuestro estimadísismo Eduardo Fracchia, son tiempos de una "filosofia de la resitencia, inquisitiva (...) una filosofía sin recetas ni dietas intelectuales, construyendose palmo a palmo, trabajosamente, sin conseciones. Filosofar así es vivir. Y vivir de esta forma es resistirse al sometimiento o a la exclusión con el mismo énfasis con que nos resistimos a la muerte".

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