A muchos nos es difícil festejar, la actual época de participación democrática que muchos ven, la discusión a viva voz que se dan en algunos sitios en donde se convocan a los intelectuales que andan de gira nacional para defender “su causa”.
A lo mejor es por aquel elemento constitutivo que cada sujeto social lleva consigo, por el solo hecho de haber nacido en un lugar, una provincia y no en otra, a lo mejor por eso que vemos que nos hace ver ciertas realidades de una forma y no de otra.
Desde este espacio no creemos que la participación democrática se vea en un escrutinio o con un micrófono en charlas; debe surgir, diseminarse en primer lugar en nuestras cotidianidades. En la realidad del trabajo, en la protesta, la lucha, las reivindicaciones; en la aspiración a buscar encontrar la igualdad de condiciones.
En la anterior edición, buscábamos “el grito abierto” comentando una de las marchas más grandes que había ingresado a la capital de la provincia. Acamparon en la plaza central buscando respuestas a aquel grito de hambre y desocupación. Pasaron un mes de lluvias, frío e intenso calor. A fines del mes de septiembre, la respuesta del gobierno llego de la mano de aquellos hombres vestidos de azules, con palos, armas, prendiendo fuego a todo lo que se les cruzara en su camino. En la detención y represión cayeron manifestantes y periodistas.
Desde varias veredas aledañas a la plaza, se escuchaban comentarios del tipo “por fin tendremos una plaza limpia”. Mientras tanto un compañero caía detenido en tiempos de ¿participación democrática?
En Honduras, compañeros en lucha, siguen peleando por defender la decisión del pueblo. No buscan únicamente que ingrese un presidente violentado por las Fuerzas Armadas, buscan la libertad de un pueblo. Hoy en el siglo XXI siguen peleando por participar de la democracia.
A lo mejor, por que nos resulta muy difícil tener una mirada tan abarcadora, como parecen tener algunos, reconocemos nuestros límites panorámicos y buscamos seguir hablando, gritando, peleando y reivindicando ciertas luchas. A lo mejor por que en ciertos sectores de la Argentina todavía se sigue esperando que la señora democracia nos deje un lugarcito en su agenda igualitaria.
A lo mejor es por aquel elemento constitutivo que cada sujeto social lleva consigo, por el solo hecho de haber nacido en un lugar, una provincia y no en otra, a lo mejor por eso que vemos que nos hace ver ciertas realidades de una forma y no de otra.
Desde este espacio no creemos que la participación democrática se vea en un escrutinio o con un micrófono en charlas; debe surgir, diseminarse en primer lugar en nuestras cotidianidades. En la realidad del trabajo, en la protesta, la lucha, las reivindicaciones; en la aspiración a buscar encontrar la igualdad de condiciones.
En la anterior edición, buscábamos “el grito abierto” comentando una de las marchas más grandes que había ingresado a la capital de la provincia. Acamparon en la plaza central buscando respuestas a aquel grito de hambre y desocupación. Pasaron un mes de lluvias, frío e intenso calor. A fines del mes de septiembre, la respuesta del gobierno llego de la mano de aquellos hombres vestidos de azules, con palos, armas, prendiendo fuego a todo lo que se les cruzara en su camino. En la detención y represión cayeron manifestantes y periodistas.
Desde varias veredas aledañas a la plaza, se escuchaban comentarios del tipo “por fin tendremos una plaza limpia”. Mientras tanto un compañero caía detenido en tiempos de ¿participación democrática?
En Honduras, compañeros en lucha, siguen peleando por defender la decisión del pueblo. No buscan únicamente que ingrese un presidente violentado por las Fuerzas Armadas, buscan la libertad de un pueblo. Hoy en el siglo XXI siguen peleando por participar de la democracia.
A lo mejor, por que nos resulta muy difícil tener una mirada tan abarcadora, como parecen tener algunos, reconocemos nuestros límites panorámicos y buscamos seguir hablando, gritando, peleando y reivindicando ciertas luchas. A lo mejor por que en ciertos sectores de la Argentina todavía se sigue esperando que la señora democracia nos deje un lugarcito en su agenda igualitaria.
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